domingo, agosto 24

Republica Dominicana vista desde los ojos de Dios



Que belleza.

9 comentarios:

  1. increible pero es Quisqueya la bella!!!

    ven aca y eso e un L azul k ta ahy no perate dice "licey campeon"!!!

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  2. Se deberia decir que ese azul simboliza el equipo mas glorioso del mundo...

    LICEY CAMPEON.......QUE LLEGUE OCT 15

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  3. la islita ma jevi y linda mi paisss" :D

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  4. el pais mas bello,...
    donde se puede manejar sin licencia beber sin cedula y comprar parcelas en el mar caribe!!....

    Hay
    un país en el mundo
    colocado
    en el mismo trayecto del sol,
    Oriundo de la noche.
    Colocado
    en un inverosímil archipiélago
    de azúcar y de alcohol.
    Sencillamente
    liviano,
    como un ala de murciélago
    apoyado en la brisa.
    Sencillamente
    claro,
    como el rastro del beso en las solteras
    antiguas
    o el día en los tejados.
    Sencillamente
    Frutal. Fluvial. Y material. Y sin embargo
    sencillamente tórrido y pateado
    como una adolescente en las caderas.
    Sencillamente triste y oprimido.
    Sinceramente agreste y despoblado.

    En verdad.
    Con dos millones
    suma de la vida
    y entre tanto
    cuatro cordilleras cardinales
    y una inmensa bahía y otra inmensa bahía,
    tres penínsulas con islas adyacentes
    y un asombro de ríos verticales
    y tierra bajo los árboles y tierra
    bajo los ríos y en la falta del monte
    y al pie de la colina y detrás del horizonte
    y tierra desde el cantío de los gallos
    y tierra bajo el galope de los caballos
    y tierra sobre el día, bajo el mapa, alrededor
    y debajo de todas las huellas y en medio el amor.
    Entonces
    es lo que he declarado.
    Hay
    un país en el mundo
    sencillamente agreste y despoblado.

    Algún amor creerá
    que en este fluvial país en que la tierra brota,
    y se derrama y cruje como una vena rota,
    donde el día tiene su triunfo verdadero,
    irán los campesinos con asombro y apero
    a cultivar
    cantando
    su franja propietaria.
    Este amor
    quebrará su inocencia solitaria.
    Pero no.
    Y creerá
    que en medio de esta tierra recrecida,
    donde quiera, donde ruedan montañas por los valles
    como frescas monedas azules, donde duerme
    un bosque en cada flor y en cada flor de la vida,
    irán los campesinos por la loma dormida
    a gozar
    forcejeando
    con su propia cosecha.

    Este amor
    doblará su luminosa flecha.
    Pero no.
    Y creerá
    que donde el viento asalta el íntimo terrón
    y lo convierte en tropas de cumbres y praderas,
    donde cada colina parece un corazón,
    en cada campesino irán las primaveras
    cantando
    entre los surcos
    su propiedad.
    Este amor
    alcanzará su floreciente edad.
    Pero no.
    Hay
    un país en el mundo
    donde un campesino breve
    seco y agrio
    muere y muerde
    descalzo
    su polvo derruido,
    y la tierra no alcanza para bronca muerte.
    ¡Oídlo bien! No alcanza para quedar dormido.
    En un país pequeño y agredido. Sencillamente triste,
    triste y torvo, triste y acre. Ya lo dije
    sencillamente triste y oprimido.
    No es eso solamente.
    Faltan hombres
    para tanta tierra. Es decir, faltan hombres
    que desnuden la virgen cordillera y la hagan madre
    después de unas canciones.
    Madre de la hortaliza.
    Madre del pan. Madre del lienzo y del techo.
    Madre solícita y nocturna junto al lecho...
    Faltan hombres que arrodillen los árboles y entonces
    los alcen contra el sol y la distancia.
    Contra las leyes de la gravedad.
    Y les saquen reposo, rebeldía y claridad.
    Y los hombres que se acuesten con la arcilla
    y la dejen parida de paredes.
    Y los hombres
    que descifren los dioses de los ríos
    y los suban temblando entre las redes.
    Y hombres en la costa y en los fríos
    desfiladeros
    y en toda desolación.
    Es decir, faltan hombres.
    Y falta una canción.


    Procedente del fondo de la noche
    vengo a hablar de un país.
    Precisamente
    pobre de población.
    Pero
    no es eso solamente.
    Natural de la noche soy producto de un viaje.
    Dadme tiempo
    coraje
    para hacer la canción.


    Pulmón de nido nivel de luna
    salud del oro guitarra abierta
    final de viaje donde una isla
    los campesinos no tienen tierra.

    Decid al viento los apellidos
    de los ladrones y las cavernas
    y abrid los ojos donde un desastre
    los campesinos no tienen tierra.
    El aire brusco de un breve puño
    que se detiene junto a una piedra
    abre una herida donde unos ojos
    los campesinos no tienen tierra.

    Los que la roban no tienen ángeles
    no tiene órbita entre las piernas
    no tiene sexo donde una patria
    los campesinos no tienen tierra.

    No tienen paz entre las pestañas
    no tienen tierra no tienen tierra.

    País inverosímil.
    Donde la tierra brota
    y se derrama y cruje como una vena rota,
    donde alcanza la estatura del vértigo,
    donde las aves nadan o vuelan pero en el medio
    no hay más que tierra:
    los campesinos no tienen tierra.
    Y entonces
    ¿de dónde ha salido esta canción?
    ¿Cómo es posible?
    ¿Quién dice que entre la fina
    salud del oro
    los campesinos no tienen tierra?
    Esa es otra canción. Escuchad
    la canción deliciosa de los ingenios de azúcar
    y de alcohol.

    Miro un brusco tropel de raíles
    son del ingenio
    sus soportes de verde aborigen
    son del ingenio
    y las mansas montañas de origen
    son del ingenio
    y la caña y la yerba y el mimbre
    son del ingenio
    y los muelles y el agua y el liquen
    son del ingenio
    y el camino y sus dos cicatrices
    son del ingenio
    y los pueblos pequeños y vírgenes
    son del ingenio
    y los brazos del hombre más simple
    son del ingenio
    y sus venas de joven calibre
    son del ingenio
    y los guardias con voz de fusiles
    son del ingenio
    y las manchas del plomo en las ingles
    son del ingenio
    y la furia y el odio sin límites
    son del ingenio
    y las leyes calladas y tristes
    son del ingenio
    y las culpas que no se redimen
    son del ingenio
    veinte veces lo digo y lo dije
    son del ingenio
    “nuestros campos de gloria repiten”
    son del ingenio
    en la sombra del ancla persisten
    son del ingenio
    aunque arrojen la carga del crimen
    lejos del puerto
    con la sangre y el sudor y el salitre
    son del ingenio.

    Y éste es el resultado.
    El día luminoso
    regresando a través de los cristales
    del azúcar, primero se encuentra al labrador.
    En seguida al leñero y al picador
    de caña
    rodeado de sus hijos llenando la carreta.

    Y al niño del guarapo y después al anciano sereno
    con el reloj, que lo mira con su muerte secreta,
    y a la joven temprana cosiéndose los párpados
    en el saco cien mil y al rastro del salario
    perdido entre las hojas del listero. Y al perfil
    sudoroso de los cargadores envueltos en su capa
    de músculos morenos. Y al albañil celeste
    colocando en el cielo el último ladrillo
    de la chimenea. Y al carpintero gris
    clavando el ataúd para la urgente muerte,
    cuando suena el silbato, blanco y definitivo,
    que el reposo contiene.

    El día luminoso despierta en las espaldas
    de repente, corre entre los raíles,
    sube por las grúas, cae en los almacenes.
    En los patios, al pie de una lavandera,
    mojada en las canciones, cruje y rejuvenece.
    En las calles se queja en el pregón. Apenas
    su pie despunta desgarra los pesebres.
    Recorre las ciudades llenas de los abogados
    que no son más que placas y silencio, a los poetas
    que no son más que nieblas y silencio y a los jueces
    silenciosos. Sube, salta, delira en las esquinas
    y el día luminoso se resuelve en un dólar inminente.
    ¡Un dólar! He aquí el resultado. Un borbotón de sangre.
    Silenciosa, terminante. Sangre herida en el viento
    Sangre en el efectivo producto de amargura.
    Este es un país que no merece el nombre de país.
    Sino de tumba, féretro, hueco o sepultura.

    Es cierto que lo beso y que me besa
    y que su beso no sabe más que a sangre.
    Que día vendrá, oculto en la esperanza,
    con su canasta llena de iras implacables
    y rostros contraídos y puños y puñales.
    Pero tened cuidado. No es justo que el castigo
    caiga sobre todos. Busquemos los culpables.
    Y entonces caiga el peso infinito de los pueblos
    sobre los hombros de los culpables.


    Y así
    palor de luna
    pasajeros
    despoblados y agrestes del rocío,
    van montañas y valles por el río
    camino de los puertos extranjeros.

    Es verdad que en el tránsito del río,
    cordilleras de miel, desfiladeros
    de azúcar y cristales marineros
    disfrutan de un metálico albedrío,
    y que al pie del esfuerzo solidario
    aparece el instinto proletario.
    Pero ebrio de orégano y de anís
    y mártir de los tórridos paisajes
    hay un hombre de pie en los engranajes.
    Desterrado en su tierra. Y un país
    en el mundo,
    fragante,
    colocado
    en el mismo trayecto de la guerra.
    Traficante de tierras y sin tierra.
    Material. Matinal. Y desterrado.

    Y así no puede ser. Desde la sierra
    procederá un rumor iluminado
    probablemente ronco y derramado.
    Probablemente en busca de la tierra.
    Traspasará los campos y el celeste

    dominio desde el este hasta el oeste
    conmoviendo la última raíz
    y sacando los héroes de la tumba
    habrá sangre de nuevo en el país
    habrá sangre de nuevo en el país.

    Y esta es mi última palabra.
    Quiero
    oírla. Quiero verla en cada puerta
    de religión, donde una mano abierta
    solicita un milagro del estero.
    Quiero ver su amargura necesaria
    donde el hombre y la res y el surco duermen
    y adelgazan los sueños en el germen
    de quietud que eterniza la plegaria.

    Donde un ángel respira.
    Donde arde
    una suplica pálida y secreta
    y siguiendo el carril de la carreta
    un boyero se extingue con la tarde.
    Después

    No quiero más que paz.
    Un nido
    de constructiva paz en cada palma
    Y quizás a propósito del alma
    el enjambre de besos
    y el olvido.

    Pedro Mir
    ( 1913-2000)

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  5. se fumo algo el tipo..lol
    QUISQUEYA LA BELLA
    100% DOMINICANO SOY...
    100% POPISTA SOY...

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  6. balbarooo que bello nuestro paisitoo :D
    greco te fuiste en una ;)

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