Pero no se les dio, les cuento…
Como ya es costumbre en mi los sábados en la tarde bajo al mirador a montar bicicleta o a patinar, bueno en este caso bicicleta, hago mis 30 km no más de ahí pero ese día en especial decido terminarlos por el lado de la Luperón para subir por ahí mismo y pasar por donde un pana a recoger algo, cuando voy dejando atrás la avenida de la salud para coger la Luperón siento un motor acercándose, doy una mirada tímida para saber en qué carril viene y abrirle el paso pero noto que no me pasan, vuelvo y miro e identifico que son dos en el motor, mantengo mi ritmo de pedaleo y el corazón 120 pulsaciones por minuto, voy en el plato #3 y el piñón en el #7 (El cambio 21 el más pesado de la bicicleta) y decido reducir para tantear la situación y los del motor también reducen. Cabe señalar que en ese momento la Luperón estaba desierta 6 pm un sábado, solo había gente dentro del parque y lo único que se me ocurrió fue despedirme de mi iPhone 6 que llevaba en mi brazo izq :D “hasta aquí llegaste baby” Era evidente tenía unos presuntos atracadores oliéndome el fundillo, si decido acelerar a fondo para tratar de perderlos es la ideas mas estúpida jamás pensada ya que no tenía donde doblar y son 115 caballos de fuerza VS dos piernas cansadas, del otro lado visualice un guachimán pero ya saben, con 80 años en la costilla y una 12 oxidada con una correa to´
rota, sentía el motor cada vez más cerca y fue entonces cuando vi mi esperanza a poco más de 150 mts, fue como ver a la novia entrando por la puerta de la iglesia acompañada por su padre. Estaba allí mi única jugada, fue hermoso, fue como un amor a primera vista...
Un Bendito coquero de nacionalidad Haitiana quien en ese momento atendía a dos haitianos más, AQUÍ ES! tumbe 12 cambios de un tiro y me estaciones como si muriera de ganas por un coco. “saludos” fue lo primero que dije (pero no pedí coco) los motoristas también se pararon, yo dije bueno La Coco Band me va a quedar chiquitaaaaa. Se detienen los verdugos y específicamente a mí me preguntan. “pana tu crees que tú me puedas ayudar con una dirección” lo mire a los ojos y sin yo responderle continuo diciendo “La calle Miguel Ángel Monclús dónde queda?” inmediatamente se quemaron porque esa calle es por mi casa y yo estaba un poco lejos de casa, luego vuelve y me preguntan "¿dónde queda el Ministerio de Medio Ambiente?" y fue cuando corte contacto visual elevando mi mirada por encima de ellos y se veía el imponente edificio del ministerio de medio ambiente COMO UN LIMON, y yo Míralo ahí! “ahhh pero le pasamos cerca” dice el de atras, pero a todo esto no arrancan y se quedan ahí, yo los miro, ellos me miran, yo miro al coquero, el coquero me mira, yo miro el machete, ellos miran al coquero y FUAAAAAAAAAAAA
El coquero se desesperó y destapo un coco Y YO SIN UN CHELE ENCIMA, cuando salgo a montar dejo la cartera en casa, coño pensé decírselo pero que razón tenía pararme ahí, no tuve chance…
Para no cansarles el cuento los motoristas duraron sus 3 min para moverse y me miraban mucho, terminaron arrancando y el coquero se quedó con el coco abierto en la mano y el machete en otra, yo lo miraba a él, el miraba el coco, yo miraba el coco y el me miraba a mi, le dije: “ehh montroo excusame yo me detuve aquí porque me venían siguiendo para virarme como una sucks y vi ese machete tuyo como la vara que uso Moises para dividir el océano". y el “ahhh pero yo creía que ustedes andaban juntos, se nota que esos dos no andan buscando dirección” y yo “y lo lindo que yo no tengo un centimo encima“ y me agarre el bolsillo dique tentandome, haciendo el bulto yo no sé porque uno siempre hace lo mismo… “tomalo me lo debes cache” me dice el coquero y yo "gracias" pero de mamapinga recordé que andaba con un cable mini USB ¿tu acepta esto?, (me mate yo mismo) “ohh claro” y me bebí mi coco con gusto aunque me descuide y no vi por donde se fueron los verdugos, presentía que seguían cerca, entonces decidí devolverme por donde vine y colorín colorado este iPhone se ha salvado.
Fin.