viernes, noviembre 20

Confesión de un dudoso.

Un hombre mayor, italiano que vivía en las afueras de Nápoles, fue a la iglesia local a confesarse. Cuando el sacerdote abrió el tablero del confesionario, el hombre dijo:

- “Padre… Durante la Segunda Guerra Mundial, una mujer bonita golpeó a mi puerta y me pidió que la escondiera del enemigo. Así que yo la escondí en mi casa. “

- Lo que has hecho es algo maravilloso, hijo -contestó el sacerdote- No tienes la necesidad de confesar eso.

-”No Padre, es que ella empezó a agradecerme con ‘favores sexuales’. Estando en gran peligro y bajo esas circunstancias, dos personas pueden ser muy tentadas a actuar así. “

- Pero si lo sientes verdaderamente, estás perdonado de hecho.

- “Gracias, Padre. Ésa es una gran carga que le saca a mi alma. Pero tengo una duda más.”

- ¿Y cuál es, hijo?

- “¿Cree Ud. que debería decirle que la guerra ha terminado?”

3 comentarios:

Nanis* dijo...

HAHAHAHHAHHAHAHAH te pasaaaaaaaaateeee hahahhaha que risaaaa :P ta buenaso ese hahahhaa

EL_#1 dijo...

alto la accion

Anónimo dijo...

JAJAJAJAJJAJAJA :D

muy buenaaa ;)!!!