Me cuentan que ya son muchos los casos de Ferraris que han ardido así por las buenas, hasta tal punto, que están consiguiendo fama de arder muy fácimente.
El último caso registrado es un señor 599 GTB de color negro, que mientras esperaba una luz roja, comenzó a arder de forma espontánea. Lo más curioso, es que justo cuando comenzó a arder, no lo conducía su dueño, sino un empleado denominado Martin Bullen de un garaje de coches exóticos de Reino Unido.
Según cuenta Martin Bullen, la unidad comenzó a hacer un sonido un tanto misterioso y después comenzó a arder. Su jefe fue comprensivo cuando su fiel empleado Bullen (28 años a su servicio), le explicó el suceso.
Afortunadamente, la unidad en cuestión aún tenía la garantía vigente, por lo que Ferrari debería hacerse cargo de este lamentable incidente.
visto en www.motoradictos.com
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