El gallego Manolo se encontraba viviendo en Argentina y estaba pasando por serios aprietos económicos. Así que decidió meterse de lleno en la galopante industria del secuestro. Fue al parque más cercano, se escondió detrás de un árbol y capturó al primer niño que pasó, lo llevó a su casa y escribió la siguiente nota:
"Que he secuestrao a vuestro hijo. Si lo queréis tener vivo y de regreso, dejad mañana detrás del árbol de eucaliptus, a las 7 de la mañana, una bolsa de supermercado con 10.000 pesos. Firmado: El Gallego"
Dobló la nota, se la puso en el bolsillo al niño y le dijo:
-Vete directo a tu casa y enseña a tus padres la nota.
Al día siguiente encontró la bolsa en el parque, según las instrucciones, con los 10.000 pesos, y con la siguiente nota:
"¡Joer! ¡No me puedo creer que un gallego le haga esto a otro gallego!"
Cutuplum.
3 comentarios:
Diosssss mio!!! yo no lo he comprobado pero será verdad que son tan idiotas los gallegos???
a decir verdad, lo seran?
jajajaja muy bueno
Buehhhhh.....
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